Distinguidos invitados;<br>Queridos compatriotas:<br>Fuimos condenados en Ginebra por quienes consideran que ese mar de pueblo<br>aquí reunido, cuya imagen puede observarse desde cualquier rincón del mundo,<br>ha sido privado de sus derechos humanos. Con toda seguridad que ninguno de los<br>que en América Latina promovieron, coauspiciaron o apoyaron ese proyecto, podr<br>ía reunir en la capital de sus respectivos países el 5% de los ciudadanos aquÃ<br>reunidos (Aplausos).<br>¿Acaso se trata de fanáticos, personas ignorantes e incultas, carentes de conocimientos<br>históricos y políticos? A esta enorme masa se le podría preguntar si hay<br>entre ellos uno solo que no sepa leer y escribir, (Exclamaciones de: ¡No!-), o un<br>analfabeto funcional con menos de sexto grado (Exclamaciones de: -¡No!-); ninguno<br>podría levantar la mano. Si la pregunta fuera cuántos poseen los conocimientos<br>de un graduado de noveno grado, o por encima de ese nivel de educación, más<br>del 90 por ciento, excepto los escolares que no han cumplido todavía los 15 años,<br>levantarían la mano.<br>Las gloriosas tradiciones de rebeldía y lucha patriótica de nuestro pueblo, a<br>las que se unen hoy un cabal y profundo concepto de la libertad, la igualdad y la<br>dignidad del ser humano, los sentimientos de solidaridad, espíritu internacionalista,<br>confianza en sí mismo, conducta heroica, 43 años de lucha tenaz e infatigable<br>contra el poderoso imperio, amplia y sólida cultura política y extraordinario<br>humanismo -obra de la Revolución en su conjunto-, han hecho de Cuba un país<br>diferente.<br>Triste destino el de cientos de millones de personas en esta área del mundo<br>que desde un punto de vista realmente humano no han podido salir todavía de la<br>prehistoria de la humanidad, y no saldrán de ella mientras el sistema de saqueo<br>que ayer exterminó a decenas de millones de sus habitantes nativos y los convirtió<br>después sucesivamente en colonias, neocolonias y países dependientes económicamente<br>subdesarrollados, rija el destino de estos pueblos.<br>Lo ocurrido antes de Ginebra, en Ginebra y después de Ginebra, apenas se<br>distingue de la bochornosa historia que ya conoció nuestro pueblo desde los primeros<br>días del triunfo revolucionario del Primero de Enero de 1959.<br>Cuba, que fue el último país latinoamericano en independizarse del colonialismo<br>español tras heroica y solitaria lucha, sin llegar a conocer un minuto de independencia<br>al caer de inmediato en manos del naciente imperio norteamericano,<br>del que con igual determinación y heroísmo logró liberarse 61 años después, fue<br>vilmente abandonada y traicionada por los demás gobiernos de América Latina.<br>Ningún libro de Marx y Lenin podría ilustrar tanto sobre el carácter antinacional,<br>entreguista y traidor de las oligarquías latinoamericanas, y lo que significaba el<br>papel del imperialismo en el destino de nuestros pueblos, como los 43 años de la<br>experiencia vivida por nuestra Revolución.<br>Todos los gobiernos oligárquicos y burgueses se unieron al aislamiento y el<br>bloqueo, a la agresión imperialista contra Cuba, con excepción de un país donde<br>décadas atrás tuvo lugar una gran revolución social, que trajo justicia y notables<br>avances para el pueblo de una nación mutilada por el insaciable expansionismo<br>de su vecino del Norte, y más de una vez mártir de la intervención y conquista<br>extranjera a lo largo de su azarosa y sufrida historia. Esta vez, tristemente, la<br>excepción se convirtió en regla.<br>A los hermanos de América Latina les han hecho un gran cuento de -Las mil y<br>una noches-<br>Cuba no es ya el país analfabeto, inculto e inexperto de aquellos primeros<br>años. Hoy los pueblos latinoamericanos, que entonces eran 208 millones de habitantes,<br>son en la actualidad, incluidos los pueblos anglófonos del Caribe, 526<br>millones; también han tenido la posibilidad de aprender lo que es el dominio imperialista,<br>la explotación, la injusticia y el saqueo. A pesar del diluvio de calumnias y<br>mentiras contra nuestro pueblo ejemplar y su lucha admirable, comprenden cada<br>vez más y saben que frente a tantas claudicaciones que han tenido lugar en el<br>mundo, Cuba constituye una poderosa fuerza moral, defensora de la verdad y<br>solidaria con los demás pueblos del mundo.<br>A los hermanos de América Latina les han hecho un gran cuento de Las mil y<br>una noches, en el cual cada día que pasa creen cada vez menos. Llevan medio<br>siglo tratando de hacerles creer que los cientos de miles de niños que mueren cada<br>año por desatención y hambre, los millones que no van a la escuela y trabajan por<br>míseros salarios, limpian parabrisas y zapatos, o son objeto de comercio y explotaci<br>ón sexual, es democracia y respeto a los derechos humanos. Que los cientos de<br>millones de seres humanos que viven en la pobreza, a pesar del inmenso potencial<br>de la riqueza y los recursos naturales que los rodean; el enorme número de<br>desempleados, subempleados o trabajadores informales que viven sin la menor<br>ayuda, seguridad social o protección alguna; la desatención médica a las madres,<br>niños, ancianos y población pobre en general; la marginación, las drogas, la inseguridad<br>y el delito, se llaman democracia y respeto a los derechos humanos. Que<br>los escuadrones de la muerte, las ejecuciones extrajudiciales, torturas, desapariciones<br>y asesinatos; que el soborno, la malversación y el desvío y robo descarado<br>de los bienes públicos -mientras escuelas y hospitales se cierran, los bienes y<br>recursos de las naciones se privatizan y muchas veces se regalan a amigos y asociados<br>en la corrupción, tanto internos como externos-, constituyen la más cabal<br>expresión de la democracia y de los derechos humanos. No les pasa por la mente<br>que el sistema económico, político y social que defienden es la negación total de<br>toda posibilidad de igualdad, libertad, democracia, dignidad humana y justicia.<br>Una persona que es analfabeta, o cuyos conocimientos apenas rebasan el tercero<br>o el cuarto grado, o que vive en estado de pobreza o de pobreza extrema, o<br>carece de empleo, o radica en barrios marginales donde las más inconcebibles<br>condiciones de vida tienen lugar, o deambulan por las calles y reciben el veneno<br>constante de la publicidad comercial, sembrando sueños, ilusiones y ansias de<br>consumos imposibles, las que suman enormes masas de ciudadanos en lucha<br>desesperada por la vida, pueden ser víctimas de todo tipo de abusos, chantajes,<br>presiones y engaños, sus organizaciones son reprimidas o carecen de ellas, difícilmente<br>están en condiciones de comprender los problemas complejos del mundo y<br>de la sociedad en que viven.<br>No están en condiciones reales de ejercer la democracia, ni decidir cuál es el<br>más honesto o el más demagógico e hipócrita de los candidatos, en medio de un<br>diluvio de propagandas y mentiras, donde los que más recursos poseen son los<br>que más mentiras y engaños siembran.<br>No puede haber libertad alguna de expresión donde los principales y más eficaces<br>medios de comunicación constituyen un monopolio exclusivo en manos de<br>los sectores más privilegiados y ricos, enemigos juramentados de cualquier tipo de<br>cambio económico, político y social. El disfrute de las riquezas, la educación, los<br>conocimientos y la cultura queda en manos de los que, constituyendo apenas una<br>ínfima parte de la población, reciben la mayor proporción de los bienes que produce<br>el país. No es casual el hecho de que América Latina sea la región del mundo<br>donde existe la mayor diferencia entre los más ricos y los más pobres. ¿Cuál democracia<br>y cuáles derechos humanos pueden existir en esas condiciones? Sería<br>como cultivar flores en pleno desierto del Sahara.<br>Cuando por otro lado se presenta el saqueo total de los recursos naturales y la<br>apropiación del esfuerzo humano como modelo ideal de sociedad y desarrollo, y al<br>ALCA, es decir, la anexión y absorción de América Latina por Estados Unidos y la<br>dolarización, como único camino, es síntoma de que el sistema político y económico<br>imperante está llegando a una crisis total.<br>Lo ocurrido en Argentina, que envuelta hoy en un increÃble caos económico y<br>político se ha convertido en un país hambriento, con más del 20 por ciento de la<br>población activa desempleada, y los depósitos de los ciudadanos en los bancos -<br>especialmente de las capas medias o de modestos ingresos de la población- son<br>prácticamente confiscados, no puede significar otra cosa que el canto de cisne de<br>la globalización neoliberal. Tal crisis genera una falta total de ética y de valores.<br>Es repugnante el comportamiento de muchos gobernantes al ver derrumbarse<br>como castillos de naipes sus modelos económicos.<br>Las protestas populares son reprimidas con inusitada violencia. Los gases<br>lacrimógenos, los hombres arrastrados por las calles, la brutalidad con que golpean<br>al pueblo los agentes del orden, armados con escudos, encapuchados con<br>extrañas escafandras y vestiduras que parecen recién desembarcados de un lejano<br>planeta, constituyen los métodos con que defienden la democracia y los derechos<br>humanos de los ciudadanos.<br>Un pueblo culto, rebelde, de valientes y héroes<br>En nuestro país jamás se han visto semejantes escenas. Nunca, a lo largo de<br>más de cuatro décadas, ha sido empleada la fuerza contra la población. El proceso<br>revolucionario se basa en la más estrecha unidad y cooperación de todo el pueblo,<br>un consenso sin precedente en ningún otro lugar, imposible de concebirse y ni<br>siquiera imaginarse en una sociedad de explotadores y explotados. Un pueblo<br>culto, rebelde, de valientes y héroes, como el pueblo cubano, no podría ser gobernado<br>por la fuerza ni habría fuerza con qué gobernarlo, porque él es la fuerza.<br>Jamás se sublevaría contra sí mismo, porque él es la revolución, él es el gobierno,<br>él es el poder, que con su valor, su inteligencia y sus ideas ha sabido defenderse de<br>las agresiones del más poderoso imperio que jamás existió.<br>Tal fenómeno político no había ocurrido jamás en nuestro hemisferio. La fuerza<br>fue usada siempre por la oligarquía y el imperio contra el pueblo.<br>Todos y cada uno de los países de América Latina que nos condenaron en<br>Ginebra o coauspiciaron el proyecto de resolución contra Cuba, están bien distantes<br>de los índices educacionales, culturales y sociales que son fundamentales para<br>una vida sana, decorosa y justa de los ciudadanos.<br>Ninguno de ellos alcanza a Cuba en uno solo de esos índices. En aras del<br>tiempo me limitaré a señalar algunos del conjunto de América Latina comparados<br>con los de Cuba.<br>. Tasa de analfabetismo: América Latina, 11,7%; Cuba, 0,2%.<br>. Habitantes por personal docente: América Latina, 98,4; Cuba, 43 -es decir,<br>dos, tres veces más personal docente per cápita.<br>. Tasa de escolarización en la enseñanza primaria: América Latina, 92%; Cuba,<br>ciento por ciento.<br>. Tasa de escolarización en la enseñanza secundaria: América Latina, 52%;<br>Cuba, 99,7%.<br>. Alumnos de enseñanza primaria que alcanzan el quinto grado: América Lati-<br>na, 76%; Cuba, ciento por ciento.<br>. Mortalidad infantil por mil nacidos vivos: América Latina, 32; Cuba 6,2.<br>. Médicos por cada 100 000 habitantes: América Latina, 160; Cuba, 590.<br>. Estomatólogos por cada 100 000 habitantes: América Latina, 63; Cuba, 89.<br>. Enfermeras por cada 100 000 habitantes: América Latina, 69; Cuba, 743.<br>. Camas hospitalarias por cada 100 000 habitantes: América Latina, 220; Cuba,<br>631,6.<br>. Partos con atención médica: América Latina, 86,5%; Cuba, ciento por ciento.<br>. Esperanza de vida al nacer: América Latina, 70; Cuba, 76.<br>. Población entre 15 y 49 años infectada con el VIH/SIDA: América Latina,<br>0,5%; Cuba, 0,05%.<br>. Tasa de incidencia anual de SIDA por un millón de habitantes, es decir, los<br>que adquieren la enfermedad: América Latina, 65,25; Cuba, 15,6.<br>. El primer estudio internacional del Laboratorio Latinoamericano de Evaluaci<br>ón de la calidad de la educación, realizado en 12 países de América Latina, incluyendo<br>nuestro país, arrojó los siguientes resultados. Aunque estos datos se<br>han mencionado, quiero hacerlo aquí brevemente con toda precisión:<br>. En Lenguaje, tercer grado: Cuba, 85,74 puntos; los 11 países restantes, 59,11.<br>. En Lenguaje, cuarto grado: Cuba, 87,25; el resto, 63,75.<br>. En Matemática, tercer grado: Cuba, 87,75; el resto, 58,31.<br>. En Matemática, cuarto grado: Cuba, 88,25; el resto, 62,04. ¿Dónde está, o<br>estará, el porvenir de esos pueblos?<br>En cuanto a estos índices, de los siete países de América Latina que votaron<br>contra Cuba, cuatro de ellos, Costa Rica, Chile, Argentina y Uruguay, que en el<br>pasado alardeaban de ser los más avanzados en la región, están a considerable<br>distancia de los índices de nuestro país. En algunos de ellos alcanzan o sobrepasan<br>ligeramente la mitad, y en otros están varias veces por debajo, como en el caso<br>de la educación preescolar entre cero y cinco años, en que Chile alcanza solo un<br>15,8% de los niños en esa edad, y Cuba, el 99,2%.<br>Hay que ser cínicos para atreverse a esa aventura mafiosa, embarcados por<br>sus amos imperiales.<br>Al surgir la Revolución bolivariana, en que pueblo y fuerza militar estrechamente<br>unidos desataron un proceso revolucionario y democrático también sin precedentes,<br>la respuesta fue el golpe fascista. La oligarquía privilegiada, que disfruta<br>del grueso de los ingresos del país y es dueña de los más poderosos medios masivos,<br>con el aliento y el apoyo del imperialismo lanzó a sus seguidores contra el<br>pueblo bolivariano y la propia sede del Presidente del país, en busca de un choque<br>sangriento que justificara la acción coordinada de una reducida pero bien ubicada<br>fuerza militar.<br>Milagrosamente se evitó una sangrienta guerra civil, gracias a la actuación<br>razonable y serena del presidente Chávez, el apoyo del pueblo bolivariano y la<br>lealtad de la inmensa mayoría de los oficiales y soldados de las Fuerzas Armadas<br>de ese hermano país. Una nueva página de la historia de América, compleja y<br>difícil, se abre para el pueblo que inició la independencia de las colonias de Espa-<br>ña en este hemisferio.<br>A prueba y también en evidencia la sucia e hipócrita política de los lacayos del<br>imperio.<br>El despojo de los derechos de la representación de Cuba en Monterrey, el golpe<br>fascista en Venezuela y la infamia de Ginebra en el mismo orden en que se produjeron,<br>pusieron a prueba y también en evidencia la sucia e hipócrita política de los<br>lacayos del imperio.<br>Debo señalar que los Presidentes de Brasil, Ecuador, República Dominicana,<br>Haití, y los países anglófonos del Caribe no se sumaron al júbilo golpista, del<br>mismo modo que los países mencionados, Bolivia y Colombia, no se sumaron a la<br>infamia de Ginebra.<br>Ninguno condenó el golpe fascista, con excepción del Presidente argentino, tal<br>vez temeroso, dada su crítica situación política, de que un sargento de la policía lo<br>derroque.<br>Cuando después del vergonzoso episodio de Monterrey -un mes más tardeestall<br>ó el escándalo, algunos guardaron decoroso silencio; pero el ilustre secretario<br>general de la desprestigiada y repugnante OEA, lanzó dardos venenosos apoyando<br>el despojo sufrido por Cuba, cual si esa organización realmente existiera.<br>¡Qué clase de basura son muchos de los que aparentan ser gobernantes soberanos!<br>La honrosa historia de nuestra Patria, que un día se batió sola contra casi<br>todos los antecesores similares a los gobiernos actuales que votaron contra Cuba,<br>aliados entonces con Estados Unidos a raíz del ataque por Bahía de Cochinos, y<br>resistió heroica sin un segundo de vacilación cuando estuvo a punto de ser borrada<br>de la faz de la Tierra en la Crisis de Octubre de 1962, debiera constituir una<br>vergüenza para los conjurados con Estados Unidos en Ginebra si conservaran<br>siquiera la libertad de avergonzarse. No podrán tampoco ignorar sin sonrojo que<br>cuando se desplomó el campo socialista, se desintegró la URSS y arreció el bloqueo<br>yanki, que incluía cualquier venta de medicinas y alimentos, calificado como<br>delito de genocidio por las Convenciones de 1948 y 1949, y todos creían que la<br>Revolución cubana se desplomaría en cuestión de semanas, nuestro pueblo resisti<br>ó con heroísmo y tenacidad que no tienen precedente (Aplausos).<br>Cuba, después de soportar las más inconcebibles dificultades y amenazas,<br>ataques terroristas y riesgos de todo tipo, no inclinó ni inclinará sus banderas<br>ante la superpotencia hegemónica que hoy dicta órdenes a sus lacayos y lamebotas<br>en este infortunado hemisferio a través de un terrorista convertido en Secretario<br>Asistente de Estado para América Latina, sin respeto alguno por parte del gobierno<br>de Estados Unidos y sin pudor alguno por parte de aquellos (Aplausos).<br>Cuando el honor, la moral y la credibilidad de Cuba fueron puestos en entredicho<br>por el diferendo ocurrido con el gobierno del país anfitrión, se hizo evidente<br>que la hipocresía y la mentira son instrumentos inseparables, casi únicos, del<br>sistema político y económico prevaleciente en América Latina.<br>Se quiso cuestionar mi decencia y mi ética cuando, puesto en la disyuntiva de<br>ser leal a la mentira o leal a la verdad, leal al engaño y la manipulación calumniosa<br>de los hechos o leal a nuestro pueblo y a todos los pueblos del mundo, fui leal a la<br>verdad y a los pueblos (Aplausos). Las vírgenes vestales del templo de la hipocres<br>ía se rasgaron las vestiduras en nombre de la privacidad. Incluso hombres honestos<br>que en el pasado fueron testigos indignados de episodios electorales y trampas<br>desleales con adversarios políticos, eran inducidos a pensar que mi conducta<br>era incorrecta. Yo no inventé nada, ni llamé a nadie, ni tendí trampa alguna contra<br>alguien. Advertí cuantas veces pude a los que durante más de un mes me desafiaron<br>constantemente y exigieron pruebas y más pruebas. Aunque en nada me sent<br>ía atado con lo que después, por la evolución de los acontecimientos, resultó ser<br>engañoso ardid para obligarme al silencio y a la confidencialidad en asunto de<br>tanta trascendencia, con toda claridad demandé el cese de las ofensas; al continuar<br>las mentiras, las calumnias y la exigencia de pruebas durante varias semanas,<br>cumplí la advertencia que había hecho.<br>Se me acusó también de ser vengativo por la promesa incumplida con relación<br>a Ginebra. Toda mi vida he sido caballeroso con mis adversarios, aun en la guerra<br>donde los hombres mueren. Jamás humillé, ni ofendí, ni tomé venganza contra un<br>prisionero, aun cuando, como ocurrió en Girón, alrededor agonizaban compañeros<br>mortalmente heridos o habían muerto. Pero sé distinguir muy bien lo que es o<br>no es ético. Me tardé en presentar las pruebas exigidas motivado solo por el deseo<br>de no hacer daño a un país hermano que admiro y respeto. Representantes de<br>algunos gobiernos amigos en el mundo que participaron en la Cumbre, me reprochan<br>no haber hecho la denuncia en la propia conferencia.<br>La mentira es y será injustificable desde el punto de vista político, ético y religioso;<br>viola, por lo que recuerdo de las clases de catecismo que recibí en una<br>escuela católica desde que estaba en primer grado, el octavo mandamiento de la<br>ley de Dios.<br>Hay que ser honrado. No busqué pretextos. No vacilé en expresar la necesidad<br>y el deber de dejar constancia histórica de aquella conversación que ya iniciada<br>me pidieron que fuese privada. También lo era mi carta personal al Presidente,<br>publicada 48 horas después sin consultármelo, el mismo día que salí de Monterrey.<br>Lamento mucho la necesidad de incluir este punto en mi discurso, pero era un<br>deber hacerlo. Todavía altos funcionarios de aquel país nos atacan diariamente<br>sobre el tema, que está demasiado fresco para lanzarlo al cesto del olvido.<br>Cuba ocupa ya lugares cimeros en el mundo muy difíciles de superar A los que<br>tontamente hablan y repiten las consignas imperialistas de que no existe democracia<br>ni respeto a los derechos humanos en Cuba, les respondo: nadie puede<br>cuestionar que, a pesar de ser muy pequeño, nuestro país es hoy el más independiente<br>del planeta, el más justo y solidario. Es también por largo trecho el más<br>democrático. Existe un Partido, pero este no postula ni elige. Le está vedado hacerlo:<br>son los ciudadanos, desde la propia base, quienes proponen candidatos,<br>postulan y eligen. Nuestro país goza de una envidiable y cada vez más sólida e<br>indestructible unidad. Los medios masivos son de carácter público y no pertenecen<br>ni pueden pertenecer a particulares, no realizan publicidad comercial alguna,<br>no promueven el consumismo; recrean e informan, educan y no enajenan.<br>Cuba ocupa ya lugares cimeros en el mundo muy difíciles de superar en un<br>creciente número de esferas fundamentales para garantizar la vida y los más esenciales<br>derechos políticos, civiles, sociales y humanos, a fin de asegurar el bienestar<br>y el porvenir de nuestro pueblo (Aplausos). Los conocimientos políticos masivos<br>del pueblo cubano no son superados por ningún otro país. Sus programas y<br>logros culturales y sociales marchan a ritmos nunca antes alcanzados.<br>Nuestros sueños se hacen realidades. Una sociedad más humana es posible.<br>No importan mentiras y calumnias. La historia lo reconocerá (Aplausos).<br>¡Viva el Socialismo!<br>¡Patria o Muerte!<br>¡Venceremos!<br><br> Enviado por Enrique Ibañes